América Latina -- En rebelión contra el neoliberalismo: Introducción

Posted by SOCIALISMO REVOLUCIONARIO On jueves, 1 de mayo de 2008 0 comentarios


Introducción:


Tony Saunois

Comité por una Internacional de los Trabajadores (CIT).

(Archivo, 2007)


Las políticas neoliberales han sido una catástrofe para las masas latinoamericanas. Estas políticas han sido un regalo para las multinacionales que han saqueado el continente, privatizado los recursos naturales echando abajo sus precios. El precio lo han pagado los trabajadores y pobres que han reducido más y más sus niveles de vida. Sobre 250 millones de personas en el continente oficialmente "vive en la pobreza", un 41% vive con menos de 2 dólares al día y cerca de un 18% debe sobrevivir con menos de un dólar diario.

Los años 80 fue apodada la "década perdida" en América Latina. Los años noventa fueron un poco mejores cuando el continente fue asolado por la explotación por parte de las potencias imperialistas y las corruptas clases gobernantes. Estas dos décadas claramente han revelado la imposibilidad de desarrollar las economías y acabar con la pobreza endémica mientras continúe el capitalismo.


En 1978, el ingreso per capita de los principales países imperialistas eran cinco veces mas grandes que las mayores economías latinoamericanas como Argentina y Brasil.
La brecha entre los países más pobres, como Bolivia y Ecuador, y las principales potencias imperialistas eran 12 veces mayor. En el año 2000 esta diferencia había crecido a 7 y 30 veces respectivamente. Cualquier esperanza en que la privatización y el "libre mercado" llevarían a un crecimiento sostenido y desarrollo económico hace mucho tiempo que se evaporo entre los trabajadores, pobres urbanos y campesinos.


Estas políticas han provocado la oposición de masas a los gobiernos que las han llevado a cabo. En Ecuador, los levantamientos de masas derribaron a tres presidentes. En Argentina, cuatro presidentes fueron obligados a renunciar al gobierno en pocas semanas cuando el sistema financiero se derrumbo en el 2001. En Bolivia, durante el 2005, las manifestaciones de masas exigiendo la renacionalizacion de la industria del gas y paralizaron al país al borde de una guerra civil, produciendo en enero del 2006 la elección de Evo Morales.


Las luchas de trabajadores, campesinos, estudiantes y otros sectores explotados por el capitalismo y el imperialismo en Perú, Argentina, México, Colombia y muchos otros países han explotado nuevamente.
Al momento de redactar, 70.000 maestros en el estado de Oaxaca estan luchando por mejoras salariales en México. Tras la represión de unos 1.700 policías anti disturbios, los maestros se armaron con palos y piedras enfrentándose y levantándose. El movimiento ha derivado en una rebelión popular que esta exigiendo la renuncia del gobernador estatal, Ulises Ruiz, miembro del PRI (Partido Revolucionario Institucional) que gobernó dictatorialmente en México por más de 70 años. Los trabajadores han tomado las calles con pancartas que proclaman: "Resistencia popular" y "Revolución". Según algunos reportes, los maestros han tomado sobre 20 escuelas en pueblos pequeños, el pueblo esta apoyando con una gran protesta.

En las revueltas y movimientos de masa, la oposición al mercado, el neo liberalismo, el apoyo a la intervención estatal y la nacionalización estan dentro de las demandas. En algunos sectores la cuestión del socialismo como alternativa al capitalismo ha comenzado a ser discutido. Estas revueltas han abierto la puerta para lo que muchos comentaristas han llamado un "retorno a la izquierda" que esta llevando a elegir gobiernos "izquierdistas". Los más prominentes son el de Hugo Chavez en Venezuela, Néstor Kirchner en Argentina y Evo Morales en Bolivia. Existe también la perspectiva de que el populista López Obrador, alcalde del PRD en ciudad de México, llegue a la presidencia del primer escalón al patio del imperialismo norteamericano. Aunque el no ha reclamado la nacionalización, como un populista radical, un régimen encabezado por él sería irritante para George Bush que sólo tenía que tratar con el dócil presidente Fox. Su victoria abrirá posiblemente las compuertas para una nueva ola de luchas de los trabajadores y campesinos mexicanos. Esto tendrá importantes repercusiones en el norte dentro de la población latina en EE.UU. que ya han dado masivas luchas contra el régimen de Bush.


La elección de Morales ha sido vista por las masas de América Latina como una tremenda victoria. Un factor importante de esto fue que la victoria fue de los pueblos indígenas. Esta es la primera vez que un descendiente no europeo gana la presidencia, a pesar del hecho de que los pueblos indígenas son una mayoría aplastante de la población.
Las revueltas de los pueblos indígenas a lo largo de América Latina han sido uno de los rasgos dominantes de los recientes movimientos de masa, sobre todo en los países andinos de Bolivia, Perú, Venezuela y Ecuador, junto con las luchas de los indígenas de México y los Mapuches en Chile.


La llegada al poder de nuevos gobiernos populistas radicales en Venezuela, Argentina y Bolivia representan un cambio en las tendencias ideológicas y económicas que dominaron los años 90. Reflejando las fuertes crisis sociales que han atravesado a estos tres países; estos gobiernos representan un descanso de las políticas neoliberales de privatización y desatado "libre mercado". Estos han sido una fuente de irritación y han chocado con el imperialismo norteamericano y europeo, con inversiones importantes en América Latina, como España y Francia.

Estos procesos en desarrollo también han empezado a abrir un debate en la izquierda Latinoamericana sobre que programa y que tipo de gobierno se necesita para romper con el capitalismo y el imperialismo.


Capítulo 1: El papel de Lula en Brasil

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Sin embargo este proceso no ha sido uniforme. Otra capa de líderes de la "nueva izquierda" han llegado al poder en países como Brasil, Uruguay y Chile. La elección de Lula (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay) y recientemente Michelle Bachelet (Chile) reflejó la misma conciencia antineoliberal que ha recorrido el continente. El Coronel Lucio Gutiérrez en Ecuador emergió como una figura tipo Chavez con una agenda anti neoliberal pero inmediatamente capituló ante el FMI y el Imperialismo, anunciando medidas anti neoliberales. Luego, fue derrocado por un movimiento de masas de trabajadores, pueblos indígenas y campesinos en el 2005, convirtiéndose en el tercer presidente en ser derrocado por un levantamiento popular en Ecuador desde 1996.

Las excepciones en esta fase son Colombia y Perú. En Colombia, Álvaro Uribe fue reelegido con un trasfondo de violencia de masas, conflictos ocasionados por los carteles de la droga, los paramilitares de derecha y la campaña guerrillera de las FARC y el ELN. EN Perú, la alternativa y la inconformidad del nacionalista, Ollanta Humala, no fue suficientemente atractiva para impedir que Alan García, del partido populista más antiguo de América Latina; APRA (que ha girado hoy a la derecha), regresara al gobierno. García fue obligado a dejar el poder en los años ochenta después de encabezar un gobierno que elevó los precios a 1.000.000%.


En general, los viejos políticos y sus partidos han sido barridos del gobierno.
La "nueva izquierda", (como el Nuevo Laborismo, en Inglaterra) encabezado por el Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil, el Partido Socialista en Chile y el Frente Amplio en Uruguay, han llegado a levantar expectativas de cambio.

Sin embargo, han defraudado rápidamente las esperanzas de los trabajadores y la juventud en estos países. Estos gobiernos han capitulado a las exigencias del imperialismo y sus propias clases dominantes; continuando con las mismas políticas neoliberales de sus antecesores.

Este proceso comenzó en Brasil con la elección de Lula que, incluso antes de ser elegido había convencido al FMI, al imperialismo y otras instituciones capitalistas que su política permanecería igual a la defendida por el anterior presidente Fernando Enrique Cardoso. Ningún avance ha sido logrado para terminar con las feroces desigualdades que existen en la sociedad Brasileña. Mientras el 10% más rico de la población recibe el 47% del ingreso nacional, el 10% mas pobre sólo consume un escuálido 0,5%.

La mayoría de la clase dominante se siente satisfecha y descansa en el gobierno de Lula como medio para llevar a cabo grandes ataques a la clase trabajadora. La continuación de las privatizaciones, el fracaso en dar pasos eficaces para atacar la desigualdad y una serie de escándalos de corrupción habrían provocado grandes luchas de parte de la clase trabajadora y la juventud si los partidos capitalistas tradicionales estuvieran en el gobierno. Lula, junto con el rol de traición de la principal dirección sindical (la CUT brasileña), ha podido -en parte- mantener en jaque a la clase trabajadora durante los últimos cuatro años. La mayoría de la dirección de la CUT es ahora simplemente un brazo del gobierno o su ministerio extraoficial del trabajo.


La permanencia de un frágil y efímero crecimiento en la economía, debido a la situación de la economía mundial, el temor al retorno de los partidos capitalistas tradicionales, la división entre los políticos capitalistas y la falta de una poderosa alternativa le ha permitido a Lula mantener temporalmente una base de apoyo entre los trabajadores más viejos.
Su probable victoria para un segundo periodo no será simplemente una repetición de su primer mandato. Es probable que el retroceso económico, incluso antes de una recensión mundial, abra las puertas a poderosas luchas de los trabajadores, los campesinos, la juventud y los pobres urbanos tras la elección. El productor de automóviles, Volkswagen, anunció su intención de reducir su mano de obra de 21.500 a 15.000 en los próximos años. Esta es una advertencia de la escalada de ataques que esta preparando la clase dominante, que ciertamente producirá poderosos movimientos sociales y luchas de la clase trabajadora. Estos darán grandes oportunidades de ganar apoyo para construir una alternativa socialista a las políticas pro-capitalistas de Lula.

Y ya hay apoyo creciente hacia una alternativa socialista radical. Sectores significativos de socialistas y activistas en el movimiento de los trabajadores ya han empezado la tarea. La formación del P-SOL (Partido Socialismo y Libertad) representa un paso importante en este objetivo. Con un 7-8% de apoyo en las encuestas de opinión, el P-SOL tendrá una gran oportunidad durante las elecciones presidenciales para construir una base más fuerte de apoyo. Si el P-SOL puede acordar una estrategia alrededor de un programa socialista radical y construir un verdadero partido de lucha crecerá durante y después de las elecciones. Al interior del P-SOL hay un debate sobre que programa adoptar y como debe construirse el partido.

Sectores de la dirección intentan moderar su programa y empujan al partido a la derecha, y evitar un conflicto, una lucha partidaria democrática para la construcción del socialismo. El P-SOL tiene grandes posibilidades de construir una poderosa fuerza. Sin embargo estas oportunidades se pueden perder si el partido no construye su base a través de la lucha y la intervención en la lucha de clases.

La reconstrucción de una alternativa que luche, también esta comenzando en los sindicatos con pasos que apuntan y preparan la formación de una nueva central sindical. Cientos de sindicatos locales ya han pedido la desafiliación de la CUT o han detenido el pago de sus cuotas de afiliación.


Capítulo 2: Protesta estudiantil chilena

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Aunque Lula ha contado con la ausencia de poderos movimientos sociales en los últimos años, la presidenta "socialista", Bachellet , en Chile no ha tenido tanta suerte. A menos de tres meses de haber jurado ha enfrentado una masiva movilización de los estudiantes, que exigen el cambio completo del sistema de educación, convirtiéndose en el movimiento juvenil más grande que ha estremecido a Chile desde el Golpe militar de 1973. El movimiento obligó al gobierno a entregar algunas concesiones, aumentar el gasto en educación en 130 millones de dólares y terminar a nivel nacional con el pago de la cuota de ingreso a la universidad.


Un rasgo de estas protestas ha sido la fuerte represión utilizada por la odiada policía anti disturbios (Fuerzas Especiales) y ha sido una de las características principales de estos eventos. El retorno a la "democracia" luego de las dictaduras militares de los años 70 y 80 no significaron el fin de la represión contra los trabajadores, la juventud, campesinos o pobres en lucha. En Chile, Brasil, México, Bolivia y otros países, las masas todavía tienen que enfrentarse a los carros lanza agua, gases lacrimógenos y, en algunos casos, balas, cuando han tomado las calles para luchar por sus derechos.
En Chile esto es conocido como "demodura", en contraposición a la dictadura.

Los primeros 100 días del gobierno de Bachelet fueron tomados por las protestas estudiantiles. Sumiendo al gobierno en una crisis y abriendo un nuevo capítulo en la lucha del pueblo chileno tras el fin de la dictadura de Pinochet en 1990.

El ejemplo dado por la juventud será seguido por los trabajadores que han sido inspirados por este movimiento. Los estudiantes apuntaron claramente sobre la necesidad instintiva de ampliar su apoyo hacia la clase trabajadora y otros sectores de la población. Sobre un 80% dijo que apoyaba a los estudiantes y un pequeño 17% respaldaba al gobierno.


Este movimiento tiene también implicaciones mayores. Chile ha sido retratado como una historia de éxito económico en América Latina. Con record de crecimiento económico, una impresionante inversión en infraestructura, principalmente en el transporte, esto lo ha convertido en el modelo neo liberal para ser imitado en otras partes, según los analistas capitalistas. Sectores de la clase dominante chilena incluso hablan del país como "una economía desarrollada". Aunque este crecimiento ha sido unilateral y esta sujeto a un gran aumento de la explotación de la clase trabajadora. Trabajadores de los Bancos estan actualmente envueltos en una campaña para impedir la apertura de los bancos los días domingos.


Buenas casas, acceso a automóviles y otros artículos de consumo son pagados a través de la acumulación de fuertes deudas. La mayoría del creciente ingreso nacional, debido principalmente a los altos precios del cobre y la exportación de productos agrícolas, frutas y vino, ha ido a parar a la elite rica. El 20% mas rico de la población se apropia del 62,2% del ingreso nacional y el 10% mas pobre debe subsistir con el 3,3% del ingreso nacional.

Es muy relevante que este tremendo movimiento de la juventud haya hecho erupción cuando la economía ha comenzado a detenerse. Desafiando la "orientación mercantil" del sistema eduacional, los jóvenes han puesto en cuestión al modelo neo liberal entero. No solo cuestionando la privatización de la educación y la salud sino el tipo de sociedad que se quiere. El gran impacto de este movimiento en Chile también ha repercutido en el continente.

Sin embargo esta claro que el gobierno "socialista" no podrá disfrutar de la relativa "calma" con la que contaron los gobiernos anteriores de la coalición desde la "transición democrática". Bachelet y su coalición capitalista indudablemente intentara continuar con las "reformas" neoliberales.

Sin embargo, es seguro que ellos se encontraran con una resistencia mayor entre la clase trabajadora. Durante el mes de protestas estudiantiles, la encuestas de evaluación mostraron la caída del apoyo a Bachelet, de un 67% en mayo a 56% en junio, a solo tres meses de llegar al gobierno. La defensa del gobierno de la políticas neoliberales y rápido desarrollo de oposición a Bachelet confirman ahora el error del Partido Comunista de Chile y otros que incluso decían defender las ideas marxistas, de apoyarla en la segunda vuelta presidencial.


El Partido Comunista ha pagado este error con el surgimiento de una fuerte crisis interna. El CIT y la organización hermana en Chile, Socialismo Revolucionario, ha defendido el voto nulo y la construcción de un nuevo partido de trabajadores que defienda políticas socialistas. La crisis del Partido Comunista contrasta con la popularidad del candidato radical a la presidencia, Tomas Hirsh, miembro del Partido Humanista (parte de la alianza de izquierda, PODEMOS), que llamó a votar nulo en la segunda vuelta debido a las políticas neoliberales defendidas por Bachelet.


Capítulo 3: La intervención estatal

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La revuelta contra el neoliberalismo ha dado lugar a una nueva ola radical, los gobiernos populistas de izquierda en Venezuela, Argentina y Bolivia, reflejan la fuerte presion de las masas y las profundas crisis sociales y económicas en estos países. El surgimiento de estos regímenes que han apoyado una política de mayor intervención estatal en la economía representa un cambio importante en la situación mundial luego de los años noventa.


Estas medidas han incluído algunas parciales y limitadas nacionalizaciones. En Venezuela esto ha significado la aventura de alianza entre las compañías estatales y multinacionales privadas.
En Argentina, Kirchner ha vuelto a tomar control de la dirección de los aeropuertos, comprando el 40% de la privatizada aerolínea estatal, Aerolíneas Argentinas y, mediante una compañía estatal ha tomado también control de la compañía de aguas en la capital, Buenos Aires.

La "nacionalización" del petróleo y la industria del gas por parte de Morales en Bolivia es, sin embargo, la más significante hasta la fecha y ha provocado la oposición generalizada de toda la clase dominante, sobre todo en Brasil y España, dueños de la mayor parte de esta industria. Entre la clase trabajadora a lo largo de América Latina esta nacionalización ha tenido un gran impacto y ha sido sumamente popular.


Brasil, el poder regional mas importante de América Latina, tiene grandes inversiones en Bolivia y depende en un 51% del consumo del gas Boliviano. En Sao Paulo, esto sube a más del 75%. Petrobras, la compañía brasileña, controla el 46% de los recursos del gas Boliviano y el 95% de la capacidad de refinamiento. ¡Tiene una producción en Bolivia que es igual a 19% del PIB del país!

Esta intervención estatal ha provocado una gran oposición del imperialismo y los sectores de la clase capitalista nacional. Y también ha ganado el apoyo de los trabajadores en los países involucrados, representando un alivio de las políticas de los años noventa.


Aunque estas medidas sólo han representado nacionalizaciones parciales y en algunos casos pequeñas aventuras de alianza con otras empresas. Incluso en Bolivia, todo lo que Morales ha hecho es establecer una alianza donde el estado controlará el 50% más uno de la propiedad de las compañías nacionales que fueron privatizadas en 1996.
Esto es menor a la nacionalización de la Standard Oil en 1937 o de la Gulf Oil en 1960.

También es menor a las demandas de las masas bolivianas que apoyan la idea de nacionalizar el petróleo y el gas. Estas medidas parciales son totalmente insuficientes para romper con el capitalismo. Al contrario, esto parte de la alternativa apoyada por Morales, Chavez y Kirchner de intentar construir un "Capitalismo Andino", una alternativa al modelo neo-liberal con un rostro mas humano.

En Argentina, Kirchner intenta regresar al "Peronismo" tradicional –pre Menem- de intervención estatal apoyada por la poderosa burocracia sindical. La recientemente "estatización” de la compañía de agua incluye en su administración a representantes de los sindicatos peronistas. En la industria de aeropuertos, el subsecretario de Trasporte Aerocomercial es Ricardo Ciielli, un poderoso dirigente sindical.


Sin embargo, este regreso a la inversión estatal no es igual a las políticas introducidas por los regímenes peronistas luego de la Segunda Guerra Mundial.
Entonces, la exportación de carne a una Europa hambrienta creó un colchón económico que permitió a la populista clase dominante financiar importantes reformas en beneficio de la clase trabajadora, ganando apoyo de masas para el movimiento nacionalista, el Peronismo, que permaneció durante décadas. Aunque actualmente disfruta de un gran apoyo, Kirchner no tiene el mismo piso para maniobrar ni la capacidad de conceder reformas duraderas.

Mientras los medios de comunicación exponen cifras de un crecimiento económico anual de más de 9% durante los últimos cuatro años, millones no han ganado todavía nada: el 58% de los niños argentinos todavía viven en la pobreza.


En la reconstruida área portuaria de Buenos Aires, Puerto Madero, han florecido los caros locales de café y espectaculares apartamentos. Pero también aquí, la apertura de un sobre de sopas revela que el desigual "boom" y el abismo entre ricos y pobres se ha expandido mientras la economía crece. Es un boom frágil, determinado por la construcción y el crecimiento de la exportaciones agrícolas que, como Chile, caerá dramáticamente cuando la economía mundial se mueva a un estancamiento y/o recesión.

Las políticas de intervención estatal de Kirchner estan combinadas con ataques y represión contra sectores de trabajadores y desempleados involucrados en lucha.


Capítulo 4: Conflicto regional

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El surgimiento de estos gobiernos populistas radicales han reforzado los conflictos entre estos gobierno y el imperialismo y también entre los gobiernos neoliberales en otros países latinoamericanos. Venezuela, Bolivia y Argentina, con el apoyo de Cuba, actualmente forman un grupo de países que han entrado en colisión con los intereses del imperialismo y otros poderes regionales, como Brasil, Colombia y Chile.


Estos conflictos reflejan los intereses nacionales particulares de cada clase gobernante.
Mientras los países del centro liderados por Venezuela estan acercándose a una integración regional mayor y estableciendo relaciones comerciales mas fuertes con otras potencias como Europa, China y Rusia; Chile, Brasil, Colombia y sobre todo México favorecen una mayor cooperación e integración con la economía norteamericana. Estos procesos son contradictorios. Mientras el imperialismo norteamericano enfrentaba una derrota en la Cumbre de las Americas el 2005 para su propuesta de firmar el ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Americas), muchos países latinoamericanos han intentado establecer sus propios acuerdos bilaterales con EE.UU.

Al mismo tiempo, una serie de disputas y conflictos fronterizos han levantado tendencias nacionalistas. Argentina estaba en conflicto con Uruguay, Bolivia con Brasil y Chile, Perú con Chile. Estas presiones han reforzado los rasgos nacionalistas entre los movimientos populistas radicales que han surgido en algunos países. Esto en parte refleja el poderoso sentimiento antiimperialista que existe a lo largo de América Latina, pero también es un intento de las clases dominante para fustigar el sentimiento nacionalista dentro del continente. Es un potencial peligro para las masas, que la clase trabajadora, los pobres urbanos y rurales, y otros necesitan superar desarrollando una internacionalista y poderosa alternativa socialista al capitalismo y al imperialismo.


La parcial nacionalización de Petrobras causó un shock en la clase dominante brasileña que intento levantar el fervor nacionalista contra Bolivia. La prensa advertía sobre una inminente amenaza del suministro de gas.
Lula protestó por la "forma" en que Morales "nacionalizó" las compañías de petróleo y de gas pertenecientes a Petrobras. Morales señaló que debía hacer un gesto político para evitar una desestabilización –Bolivia ha tenido cuatro presidentes en dos años". Si Morales no hubiera promulgado alguna medida contra Petrobras o Repsol se habría enfrentado a la perspectiva de un enfrentamiento mas rápido con los trabajadores y campesinos que lo llevaron al poder demandando la nacionalización.


Aunque Morales ha sido forzado ha llevar cabo una nacionalización parcial del gas y el petróleo, al mismo tiempo, ha utilizado a las fuerzas armadas para ocupar los aeropuertos cuando los trabajadores de la línea aérea nacional, Lloyd Aereo Boliviano, que demandaban la nacionalización por su quiebra.


Capítulo 5: Enfrentando la pobreza

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Chávez y Morales han podido llevar a cabo algunas limitadas y bienvenidas reformas, sobre todo en salud educación y distribución de comida barata. En Venezuela, esto se ha hecho a través de la creación de "misiones", que han traído alivio para los sectores más pobres de la sociedad. En Bolivia, el salario mínimo fue aumentado un 13%, de 440 bolivianos (55 dólares) a 500 bolivianos (63 dólares), lejos de los 1.500 bolivianos (192 dólares) prometidos en la campaña electoral.



Todavía casi un 30% de los trabajadores reciben menos del salario mínimo en las zonas urbanas. El despliegue de médicos cubanos en Bolivia ha permitido llevar a cabo siete mil operaciones de cataratas en dos meses a los sectores más pobres de la población que nunca podrían permitirse el lujo de pagar de cinco a siete mil dólares que cobran las clínicas privadas en La Paz.


Aunque estas reformas han sido bienvenidas, estas no han resuelto la pobreza masiva que aun existe en estos países. El capitalismo todavía condena a un 67,3% de la población boliviana a condiciones de pobreza extrema. El mismo problema todavía existe en Venezuela donde además de la pobreza se suma el crecimiento de la burocracia estatal y la corrupción debido a la ausencia de control y dirección democrática de los trabajadores.



Aunque Chávez se ha beneficiado hoy con el aumento del precio del petróleo en el mercado mundial, este colchón puede ser removido en los próximos meses y años provocando una mayor crisis social y política. Si la clase trabajadora no toma loa pasos necesarios para construir su propia organización independiente y establece un gobierno de trabajadores y campesinos, entonces la amenaza de la contrarrevolución y el derrocamiento de Chávez puede surgir de nuevo.



En Bolivia, debido a una crisis social y política más profunda, una pobreza desenfrenada y una poderosa tradición de lucha revolucionaria independiente organizada por los trabajadores y campesinos pobres, Morales tendrá menos tiempo para maniobrar.


Aunque Chávez tiene la simpatía masiva de la clase trabajadora, su fracaso en derrocar el capitalismo, la corrupción, la burocracia y la ausencia del control y la dirección de los trabajadores ha significado que muchos trabajadores en América Latina vean con escepticismo su régimen.


Una encuesta de opinión en el periódico brasileño, O Estado, hablando de la popularidad de Chávez en Bolivia, informo que sólo un 14% de los brasileños tenía una imagen positiva de él. No más de un 10% respondió, que su revolución "Bolivariana" era un modelo a seguir. Aunque la misma encuesta mostraba un apoyo a la nacionalización y 74% y 78% apoyan el control estatal de las multinacionales y de los precios respectivamente.



La rebelión de las masas contra el neoliberalismo y la crisis que se esta desarrollando actualmente a lo largo del continente propone la necesidad para la clase trabajadora y los campesinos pobres de comenzar a construir su propia organización política y social con un programa que derroque al capitalismo y enfrente al imperialismo.


El establecimiento de gobiernos de trabajadores y campesinos necesita urgentemente de programas socialistas revolucionarios, empresas, bancos y multinacionales en cada país, junto a una verdadera reforma agraria. Sólo entonces será posible derrotar al capitalismo y comenzar a planificar la economía para satisfacer las necesidades de la mayoría de la población.


Este programa no puede limitarse a un sólo país. La actual crisis energética del continente demuestra la necesidad de una integración regional y de planificación económica. Chávez ha llamado a establecer una empresa latinoamericana de gas (Petrosur). ¿Pero cómo puede ser posible esto sobre bases capitalistas?. Esto exige a la clase trabajadora y a los campesinos pobres a tomar el control de la sociedad para que dicho plan pueda ser llevado a cabo y permitiría aprovechar los inmensos recursos que posee el continente para cubrir las necesidades de las masas en lugar de las clases gobernantes actuales y el imperialismo.


La creación de un solo órgano, una Federación Socialista Democrática de América Latina es la alternativa real al capitalismo e imperialismo y la única forma de comenzar a terminar con la pobreza y la explotación que asolan al continente. Un primer paso para esto sería el establecimiento de una federación socialista democrática de Venezuela, Cuba y Bolivia en base a la formación de gobiernos democráticos de trabajadores y campesinos en estos países. Esta es la manera de comenzar a unificar el continente y comenzar a planificar los recursos y las economías como una alternativa a los bloques comerciales capitalistas y los acuerdos que se están formando actualmente.


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