Capítulo 5: Enfrentando la pobreza

Posted by SOCIALISMO REVOLUCIONARIO On jueves, 1 de mayo de 2008 0 comentarios

Chávez y Morales han podido llevar a cabo algunas limitadas y bienvenidas reformas, sobre todo en salud educación y distribución de comida barata. En Venezuela, esto se ha hecho a través de la creación de "misiones", que han traído alivio para los sectores más pobres de la sociedad. En Bolivia, el salario mínimo fue aumentado un 13%, de 440 bolivianos (55 dólares) a 500 bolivianos (63 dólares), lejos de los 1.500 bolivianos (192 dólares) prometidos en la campaña electoral.



Todavía casi un 30% de los trabajadores reciben menos del salario mínimo en las zonas urbanas. El despliegue de médicos cubanos en Bolivia ha permitido llevar a cabo siete mil operaciones de cataratas en dos meses a los sectores más pobres de la población que nunca podrían permitirse el lujo de pagar de cinco a siete mil dólares que cobran las clínicas privadas en La Paz.


Aunque estas reformas han sido bienvenidas, estas no han resuelto la pobreza masiva que aun existe en estos países. El capitalismo todavía condena a un 67,3% de la población boliviana a condiciones de pobreza extrema. El mismo problema todavía existe en Venezuela donde además de la pobreza se suma el crecimiento de la burocracia estatal y la corrupción debido a la ausencia de control y dirección democrática de los trabajadores.



Aunque Chávez se ha beneficiado hoy con el aumento del precio del petróleo en el mercado mundial, este colchón puede ser removido en los próximos meses y años provocando una mayor crisis social y política. Si la clase trabajadora no toma loa pasos necesarios para construir su propia organización independiente y establece un gobierno de trabajadores y campesinos, entonces la amenaza de la contrarrevolución y el derrocamiento de Chávez puede surgir de nuevo.



En Bolivia, debido a una crisis social y política más profunda, una pobreza desenfrenada y una poderosa tradición de lucha revolucionaria independiente organizada por los trabajadores y campesinos pobres, Morales tendrá menos tiempo para maniobrar.


Aunque Chávez tiene la simpatía masiva de la clase trabajadora, su fracaso en derrocar el capitalismo, la corrupción, la burocracia y la ausencia del control y la dirección de los trabajadores ha significado que muchos trabajadores en América Latina vean con escepticismo su régimen.


Una encuesta de opinión en el periódico brasileño, O Estado, hablando de la popularidad de Chávez en Bolivia, informo que sólo un 14% de los brasileños tenía una imagen positiva de él. No más de un 10% respondió, que su revolución "Bolivariana" era un modelo a seguir. Aunque la misma encuesta mostraba un apoyo a la nacionalización y 74% y 78% apoyan el control estatal de las multinacionales y de los precios respectivamente.



La rebelión de las masas contra el neoliberalismo y la crisis que se esta desarrollando actualmente a lo largo del continente propone la necesidad para la clase trabajadora y los campesinos pobres de comenzar a construir su propia organización política y social con un programa que derroque al capitalismo y enfrente al imperialismo.


El establecimiento de gobiernos de trabajadores y campesinos necesita urgentemente de programas socialistas revolucionarios, empresas, bancos y multinacionales en cada país, junto a una verdadera reforma agraria. Sólo entonces será posible derrotar al capitalismo y comenzar a planificar la economía para satisfacer las necesidades de la mayoría de la población.


Este programa no puede limitarse a un sólo país. La actual crisis energética del continente demuestra la necesidad de una integración regional y de planificación económica. Chávez ha llamado a establecer una empresa latinoamericana de gas (Petrosur). ¿Pero cómo puede ser posible esto sobre bases capitalistas?. Esto exige a la clase trabajadora y a los campesinos pobres a tomar el control de la sociedad para que dicho plan pueda ser llevado a cabo y permitiría aprovechar los inmensos recursos que posee el continente para cubrir las necesidades de las masas en lugar de las clases gobernantes actuales y el imperialismo.


La creación de un solo órgano, una Federación Socialista Democrática de América Latina es la alternativa real al capitalismo e imperialismo y la única forma de comenzar a terminar con la pobreza y la explotación que asolan al continente. Un primer paso para esto sería el establecimiento de una federación socialista democrática de Venezuela, Cuba y Bolivia en base a la formación de gobiernos democráticos de trabajadores y campesinos en estos países. Esta es la manera de comenzar a unificar el continente y comenzar a planificar los recursos y las economías como una alternativa a los bloques comerciales capitalistas y los acuerdos que se están formando actualmente.

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